Maguette

Por Belén Lucas

  • Maguette
  • 25 años
  • Bilbao
  • 25/09/18

Se llamaba Maguette Mbeugou, tenía 25 años, dos hijas y un futuro por delante. La primera mujer asesinada en Bilbao durante este 2018, en un caso que responde al patrón de la lacra machista, fue acuchillada presuntamente por su pareja en su domicilio de la calle Ollerías Altas, donde esta familia de origen senegalés residía desde hacía tres años. La joven ya había presentado una denuncia ante la Policía Municipal por violencia de género contra su marido, de 38 años, por lo que desde el inicio la Ertzaintza lo consideró principal sospechoso del asesinato. Tras permanecer varias horas en paradero desconocido, el supuesto autor del crimen, al que se le imputa un delito de homicidio, fue detenido sobre las 19.00 horas en la localidad guipuzcoana de Mutriku, desde donde lo trasladaron a dependencias policiales para tomarle declaración.

Según informaron fuentes del Departamento de Seguridad, hacia las 13.30 una vecina dio la voz de alarma al intuir que algo había ocurrido en la vivienda del número 25 en la que el matrimonio africano residía junto a sus dos hijas de 2 y 4 años. La víctima, que fue degollada en presencia de las dos menores, presentaba además otra herida en el cuerpo. Mientras la policía forense trabajaba en el interior de la vivienda, hacía las 16.45 horas varios agentes acordonaron gran parte de la calle Ollerías Altas, donde además señalizaron dos puntos en los que podría haber sangre de la víctima. Asimismo, trataron de encontrar el arma homicida empleada por el agresor en el interior de varios contenedores ubicados en las cercanías de ese perímetro.

Según declararon vecinos de la zona, se trataba de una pareja "encantadora" a los que nunca habían oído discutir. Al menos hasta la madrugada del pasado lunes, cuando a las 5.30 horas de la mañana se oyeron "ruidos muy fuertes" que procedían de su piso. Otra vecina del inmueble declaró que ayer, hacia las 8.00 horas, vio la puerta del domicilio donde residía el matrimonio entreabierta, con una bolsa de basura que la sujetaba. “No he escuchado nada, ningún jaleo. Me ha llamado mi hijo para contarmelo", aseguró, por su parte, Cipriana Román, vecina del número 27.

Fuente: Deia
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